Mientras que los principales protagonistas del periodo de la edad moderna en Japón -sobre todo los tres sucesivos genios militares y unificadores, Oda Nobunaga (1534-1582), Toyotomi Hideyoshi (1536-1598) y Tokugawa Ieyasu (1542-1616)- han sido estudiados en diversos trabajos académicos, es poco lo que se conoce todavía en España acerca de los numerosos e importantes “Señores de la Guerra” que se enfrentaban en el Japón de esta etapa de continuos conflictos y guerras entre clanes locales.
Uno de los más importantes de esos señores feudales fue Date Masamune; especialmente conocido entre los historiadores occidentales por haber patrocinado en el año 1613, una embajada extravagante y curiosa que encabezada por su vasallo, el samurái Hasekura Rokuemon, cruzó el Océano Pacífico y tras atravesar México llegó a Europa, donde la delegación japonesa fue recibida por el Rey de España y por el Papa.
Hombre ambicioso, audaz, extremadamente inteligente y dotado de un sutil ingenio, Date Tojiro Masamune, XVII Señor del clan DATE, nació en la ciudad-fortalezade Yonezawa el 3 de agosto de 1567 hijo de Terumune Date y de Yosihime hija de Mogami Yoshinori, señor del castillo de Yamagata. Cuando era sólo un niño, perdió el ojo derecho a causa de la viruela y estuvo a punto de morir. Para ayudarle a superarse, su maestro, el bonzo Kosai Sôitsu, le puso un sobrenombre: “Dokuganryu” (Dragón de un solo ojo), que lo haría luego famoso combinado con su ferocidad en el campo de batalla.
Masamune nunca llegó a una sumisión absoluta frente a Hideyoshi o Ieyasu y se mantuvo independiente, dentro de lo que cabía, como el yakata más poderoso del noreste. En cualquier caso, después de la decisiva batalla de Sekigahara, Ieyasu le concedió el enorme feudo de Sendai con lo cual se convertía en tercer feudatario de Japón tras los Maeda de Kanagawa y el clan Shimazu de Satsuma.
Aunque Ieyasu sospechó siempre de las intenciones de Masamune, éste tomó parte en el asedio del castillo de Osaka (1614-1615) -donde se refugiaba el hijo y heredero de Hideyosi- figurando al lado de los Tokugawa. Pero a la muerte de Ieyasu (1616), se vió implicado en un supuesto complot para hacerse con el poder. Asunto que continúa siendo uno de los episodios más oscuros y comentados por los historiadores. En cualquier caso, lo que está claro es que Date siempre había jugado con las relaciones de poder para mantener un alto grado de independencia, al menos en el norte de Japón.