Un país ofrece valores, patrimonio y cultura, calidad de vida, interés turístico y conforma así su presencia en el contexto de naciones. Esta presencia se va gestando de forma paulatina y con una vocación de permanencia. Sin embargo, en el presente siglo de la comunicación instantánea y sin fronteras en el que cualquier eventualidad puede alterar de forma inmediata la percepción general de un País, resulta fundamental, como señala Marca España, que todos sus agentes se doten de las herramientas necesarias para gestionar este importantísimo activo que determina las decisiones del resto de ciudadanos sobre si es un lugar atractivo para realizar sus inversiones, elegir sus socios comerciales, formarse, realizar turismo, o comprar sus productos. El peso del pasado, el propio desconocimiento o un foco desproporcionado sobre algún aspecto pueden propiciar percepciones erróneas.
El conocimiento mutuo es esencial para la comprensión y solo se puede “conocer” con el acercamiento por medio de la educación, el viaje y la información.
Es necesario fortalecer la presencia de España en los medios de comunicación de Japón y la de Japón en los medios de comunicación de España.
Las consejerías de Información o los materiales escolares son instrumentos adecuados, pero, sobre todo, lo más eficaz es incidir en la actitud y la formación de los periodistas, los programadores de televisión, los gestores culturales, los activistas relevantes en la red. La imagen de un país a través de los medios de comunicación, convencionales o no, se puede transmitir por varias vías: reportajes, noticias, documentales, series de ficción, concursos, música...
La valoración de Japón por los españoles está entre las más elevadas; no obstante, el desconocimiento de lo japonés es superior al que los japoneses tienen de lo español.
Este espacio de reflexión que unirá en Sevilla a conocedores y protagonistas de las relaciones bilaterales en diversos ámbitos es esencial y muy apropiado en este año dual España-Japón. Cabe explorar los actuales atributos que España y Japón se otorgan, la influencia de determinados acontecimientos recientes en su percepción mutua. Igualmente se podrían identificar actuaciones concretas que contribuyan a paliar las distorsiones. Sin olvidar las industrias culturales generadoras de imagen y conocimiento de especial interés para los jóvenes, y con un claro efecto de fomento de los contactos, y el turismo.
La imagen de un país está basada, pues, tanto en iconos o estereotipos sedimentados de diversas formas a lo largo de los años, así como en flujos y aportaciones de los medios de comunicación. Especialmente, este sector y su papel es al que a mí me interesa referirme.